Desterrando mitos sobre los vinos

Existen muchos mitos sobre el vino que circulan entre los amantes de esta bebida. Algunos muy arraigados entre la gente más mayor y otros entre los más jóvenes. 

Por ejemplo, es una creencia muy habitual pensar que los vinos más caros y con más madera son siempre mejores o que los vinos blancos siempre deben servirse muy fríos. ¡¡¡ERROR!!!

A continuación te desmentimos algunos de los mitos más habituales sobre el vino. ¡Sigue leyendo!

Mitos (generales) sobre los vinos

  1. El vino tinto siempre debe servirse a temperatura ambiente: Este es un mito común, ya que la temperatura ambiente varía mucho dependiendo del lugar y la época del año. En realidad, los vinos tintos deben servirse a una temperatura ligeramente fresca, entre 14 y 18 grados.

  2. El vino blanco debe servirse frío: Si bien es cierto que el vino blanco debe servirse más fresco que el tinto, no debe estar excesivamente frío, ya que esto puede inhibir sus aromas y sabores. Lo ideal es servir el vino blanco a una temperatura entre 8 y 12 grados.

  3. Los vinos con corcho son de mejor calidad: Aunque el corcho ha sido tradicionalmente utilizado para sellar las botellas de vino, esto no necesariamente indica que el vino sea de mejor calidad. Muchos vinos de alta calidad utilizan tapones de rosca o tapones sintéticos para sellar la botella. Ésta es una práctica muy habitual, por ejemplo, entre los vinos del «nuevo mundo».

  4. El vino barato (o no tan caro) es de segunda: El precio de un vino no siempre es un indicador de su calidad. Hay muchos vinos de altísima calidad a precios más que razonables. Sólo hay que saber encontrarlos y dejarse guiar por tiendas especializadas. PS: no, lo sentimos, un vino barato de supermercado nunca será bueno. ¡Eso NUNCA!

  5. Los vinos dulces son para el postre: Aunque muchos vinos dulces se asocian comúnmente con el momento del postre, también pueden ser excelentes opciones para maridar con platos salados, como quesos o foie gras. ¿Alguien ha dicho Sauternes u Oporto con un queso azul.

  6. Los vinos naturales tienen menos sabor: Este es un mito común, ya que los vinos naturales pueden tener sabores intensos y complejos, debido a
    que su elaboración no utiliza aditivos ni procesos que puedan alterar su
    sabor «real». Si lo que quieres es un vino con sabores y aromas estandarizados, entonces ya te decimos que no, que lo tuyo no son los vinos naturales si no los vinos industrializados….

  7. Los vinos naturales son inestables y no tienen una larga vida útil: Los vinos naturales o con poca intervención pueden tener una vida útil tan larga como otros tipos de vino, siempre y cuando se hayan elaborado con mimo y se almacenen correctamente. De hecho, algunos vinos naturales pueden incluso mejorar con el tiempo. 

Mitos sobre los vinos (Y QUESOS)

  1. El mejor vino para un queso es un tinto: Si bien es cierto que los vinos tintos suelen maridar bien con algunos tipos de queso, la verdad verdadera es que en general los vinos blancos, los rosados y los espumosos son EXCELENTES compañeros para prácticamente todos los quesos, por no decir todos. La tanicidad de los tintos, en general, no es nada buena compañera de una buena tabla de quesos.

Y es que pese a la creencia popular, el vino tinto NO ES EL MEJOR COMPAÑERO de una tabla de quesos.

Al contrario de lo que se cree, las proteínas y las grasas del queso bloquean las moléculas responsables de los aromas del vino (tinto) y, a su vez, los taninos del vino ocultan en gran medida el sabor del queso.

Vamos, que esta combinación puede ser un verdadero desastre y que dé lo mismo que estés comiendo nuestros fabulosísimos quesos de La Manducateca o que estés comiendo el queso en lonchas de oferta del supermercado.

Anímate a abrir un buen blanco con buena acidez para «limpiar» la grasa del queso y potenciar su sabor. Te prometemos que aunque los quesos de tu tabla sean súper diferentes entre sí, este tipo de vino irá genial con todos ellos.

Otros compañeros que nos encantan y que también te recomendamos:

 – Vinos tintos de corte más atlántico, con acidez y de fresqueo.

 – Cervezas estilo Saison o lámbicas, como nuestra Mandu Neskak de @cyclic

 – Champagne o cualquier espumoso que te guste

 – Kombucha, como la de @muchakombucha

2. El queso y el vino deben ser de la misma región: Aunque algunos quesos y vinos pueden tener orígenes comunes en términos de región geográfica, no es necesario que sean del mismo lugar para maridar bien. Lo más importante es buscar un equilibrio entre las características del queso y del vino. Y sí, los opuestos se atraen y aquí también aplica.

3. El mejor maridaje para una tabla de quesos es un vino: Si obviamente el vino es una opción súper popular para maridar con queso, también se pueden utilizar otras bebidas como la cerveza, té, café, kombucha… Todo depende del tipo de queso y de las preferencias personales, así como el momento de consumo y la compañía con quién disfrutes tu tabla. ¡Atrévete a hacer combinaciones poco ortodoxas y sorpréndete!

 

¿ASÍ QUE, QUÉ BEBIDA MARIDA MEJOR CON EL QUESO?

Como te hemos explicado en los párrafos anteriores,  pensar que el vino tinto es la mejor pareja de una buena tabla de quesos es un topicazo de los buenos (de los del siglo pasado, vamos). 

Es más que probable que con un vino tinto clásico (entendiendo por clásico un crianza con barrica y una tanicidad alta) nos carguemos totalmente alguno de los quesos de la tabla, los más suaves y delicados. Así que, ante la duda de qué botella abrir para degustar de la mejor forma posible vuestra tabla de quesos casera, abrid antes una de vino blanco que un tinto. Os prometemos que el éxito estará garantizado.

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